Con esta quinta entrada, terminamos estos recuerdos sobre el entorno de la Ería del Piles. Un homenaje a las Viñetas Asturianas y a su autor; publicadas a lo largo de décadas en el diario El Comercio por Patricio Adúriz Pérez (Gijón, 1927-1992), nombrado Cronista Oficial de Gijón en el año 1982, por sus merecimientos como investigador de los más diversos asuntos gijoneses: pintura, literatura, historia…

Recuerdo que en 1983 me acerqué a la Hemeroteca Provincial de la Cámara de Comercio, Industria y Navegación de Gijón a buscar información sobre la antigua Torre del Reloj, hacía a penas un par de años que la curiosidad sobre la historia de Gijón, había despertado en mí; mi archivo no pasaba de una docena de postales y cuatro o cinco publicaciones que había adquirido en la feria del libro. Me dio una serie de referencias donde buscar, y quiso la casualidad , que estaban en los libros que ya tenía y que había leído más de una vez. Quizás extrañado por mi juventud (21 años, aunque aparentaba menos) , me preguntó que quien era, a que me dedicaba, mi edad y para que necesitaba la información que venía a buscar. Señor Adúriz le contesté, quizás me esté contagiando de ¨gijonismo¨ y no se como combatir esta rara enfermedad. ¡Coño!, que también conoces a Pachín de Melás me contestó, entre risas, pues quizás yo conozca un tratamiento para ese padecimiento, pásate por aquí cuando te apetezca y lo vamos viendo.

Así conocí al señor Adúriz, muchas tardes compartidas en la Hemeroteca bebiendo de sus conocimientos; y tomando contacto con los archivos depositados allí, no hicieron más que empeorar esa rara enfermedad ¨el gijonismo¨ que a día de hoy persiste en mí.

Eternamente agradecido.

Magnifico aspecto de nuestra playa en, pongamos por caso, los felices años treinta. Y de su correspondiente avenida de Rufo Rendueles. ¿Do ese paisaje idílico al que iba a morir nuestro río Piles? Los ojos de su puente parecen deleitarse con esa «multitud» a la que alude «Ludi», anticipo de la que más tarde conquistaría «El Tostaderu». Abajo,a la derecha y entre arbolado, un palacete que no es más que un mingitorio, hacia el que parece encaminarse un honrado usuario. Síguele un macizo caserón, que aprecia que tenía adosadas a su medianera unas casuchas que fueron derruidas. Con más, la rasante de la carretera no se corresponde con el hondón de unos terrenos propicios para los huertos familiares, de los que ya hablamos. El tráfico de vehículos ya ven en qué consistía. Al final, tras el puente, en nicho ecológico de la Ería del Piles. transmutada a partir de 1941, en que se decide la construcción del Parque de Isabel la Católica.

En las dos imágenes se puede apreciar el monumento erigido en la Avenida de Rufo Rendueles, en memoria de Manuel de Orueta y de Luís y Lorenzo Martínez, que perecieron ahogados en Punta del Olivo (Víilaviciosa), obra del escultor don Emiliano Barral. Octubre de 1927

¡Ay, que ya nos metemos en plena otoñada! Esa que adelanta los duros vientos dominantes que también orquestan el mar que, martillo pilón, percute en nuestro vetusto muro de los tristes destinos, roto en más de una ocasión por la emparejada furia de los elementos, de la que son testigos excepcionales las planeadoras gaviotas. Allá, en las marismas del Piles, van llegando, exhaustas, las aves migratorias que encuentran allí su paraíso, al que alteran de vez en vez los estampidos de las escopetas de los cazadores que, robinsones ellos, se adentran en una tierra de nadie apta para patos, cigorellas, alcaravanes o mazaricos. Es, sigue siendo, otro mundo pese al perseverante tajo de los maquetistas del Gijón futuro, a los que seguimos en sus intentos. Canturía de unos cuantos hitos al son del son que nos impusimos con esta serie

1929

Se habla de proyectos y mejoras. En la concepción de los proyectos han de entrar reformas de tal fuste como el futuro parque de Gijón; derribo de los
balnearios y construcción de casas de baños subterráneas; levantamiento de
un gran hotel-casino; alineación de la avenida de Rufo Rendueles, previa desaparición de las casas de Veronda y, otra vez, el saneamiento del Piles.
1934
El incomparable Luis Fernández Valdés, el popular «Ludí», describe con versos testimoniales lo que es capaz de conseguir el progreso, que devuelve
para el disfrute público una zona antaño poco menos que proscrita:

En la zona del Piles
sobre la arena
palpita la salvaje
carne morena…

1935

—Se aprueba el proyecto de saneamiento de la charca del Piles.

—El Ayuntamiento, en sesión preceptiva, trata del proyecto de urbanización de la avenida de Rufo Rendueles, que asciende a 255.280,80 pesetas. —Nueva sesión del Ayuntamiento. Preséntase —jueves. 19 de julio de 1935— el proyecto de urbanización de la Ería del Piles, entre las carreteras del Piles al Infanzón y del Piles a La Providencia, estableciéndose una calle central, diez secundarias y tres marcadas con letras. Las calles principales tendrán 20 metros y las secundarias de 12 a 15. Se establece, en la unión con el puente del Piles, una calle circular de 80 metros de diámetro. En el cruce de la calle C se establece otra cuadrada de 40 metros de lado. También se establece, en el ángulo saliente de la carretera de La Providencia, en las inmediaciones de lo que se conocía entonces por «Casablanca», una gran plataforma elíptica con circulación lateral y macizo para jardín.
1939

Se firmó un acta entre los propietarios de terrenos de El Molinón y la Corporación, para saneamiento de la charca del Piles.

1941

Se decidió la construcción del Parque de Isabel la Católica en las inmediaciones del río Piles.

1947

A estas alturas, don Fernando Díez Blanco, en sendo libro, aclara lo que sigue sobre la canalización del Piles: ¨El río Piles, desde el puente de La Guía hasta la desembocadura en la playa, no tenía márgenes definidas, siendo su cauce natural, que se ensanchaba en la formación de una charca que fue rellenada. Se hizo necesario su encauzamiento y para ello la Corporación Municipal se dirigió al Ministerio de Obras Públicas por conducto de la División Hidráulica correspondiente, habiéndose llevado a cabo las obras de canalización, que han evitado el desbordamiento del rio y la formación de la charca, pudiendo pasarse hoy desde la avenida de Rufo Rendueles a La Guía por los muros que le sirven de contención. Estas obras se hicieron pagando el Ayuntamiento las expropiaciones que hubo que realizar para el nuevo cauce, el 10 por ciento en metálico de las certificaciones de obras que pagaba el Estado, y un 15 por ciento más del total de la obra en plazos. Es decir, que el Ayuntamiento se preocupó de este importante problema e hizo la aportación que a él le correspondía. Todo esto ha parecido poco al Ayuntamiento y ahora se ha pedido nuevamente la mejora de este encauzamiento y que, además, se continúe aguas arriba desde La Guía, ofreciendo también el Ayuntamiento su aportación, teniendo noticias de que los señores ingenieros de la Hidráulica han tomado con mucho cariño este asunto».

Prueba deportiva sobre uno de los márgenes del Piles, ya canalizado, fotografía de Constantino Suárez . Año 1930.

1953

—Inauguración de bar y pérgola construidos en la avenida de Rufo Rendueles.

—Se inaugura el gran lago del parque de Isabel la Católica.
1954

Etapa de sugerencias (repetidas, con variantes, por ejemplo en 1967 y 1972) tendentes a la desviación del río Piles.

1956

Inauguración, con carácter oficial y en pleno mes de julio, de la avenida de García-Bernardo.

1958

Ensanche y acondicionamiento del primer tramo de las obras de la carretera local del Piles al Infanzón.

Fin. Y fin porque tratar estos temas es el cuento de nunca acabar y, supongo, no es cosa de meterse ahora con los mil y un objetos que, incivicamente, se siguen arrojando a las aguas de nuestro maltrecho aprendiz de río.

De ahí lo de este postrer suspiro que es un poema.

Para terminar os dejo algunas imágenes de la creación del Parque de Isabel la Católica, recogidas en el libro: «Algunas notas sobre la evolución progresiva de Gijón en un cuarto de siglo», de Fernando Díez Blanco.

El parque de Isabel la Católica de Gijón va a ser reformado en 2020 y ganará 12.000 metros cuadrados. Pero este emblemático lugar no siempre ha sido tal y como lo conocemos. Así era hace años.