Nació con nombre palaciego y murió entre ratas y juzgados, pero entre una y otra fecha habían transcurrido 71 años, la edad estadística de vejez y a seis años vista de la referencia jubilar, todavía, de los 65 años. Poco más de siete décadas en las que el cine Goya pasó por casi todos los estadios cinematográficos posibles, excepto por el de sala de estreno, si bien lo hizo con un éxito desigual. Lo cierto, no obstante, es que la imagen que queda de las largas percepciones de tiempo suele ser la del final y, en este caso, al viejo Goya Cinema no le favorece, empequeñeciendo una trayectoria de la que ya sólo guardan recuerdo unas pocas generaciones. Las que ya eran adultas cuando cerró, en 1981, con el sello de ‘cine S’ y unas instalaciones insalubres.Empezó bien, siendo concebido como el primer edificio de Gijón construido específicamente para albergar un cine.
Nos remontamos a 1909, fecha de inicio de la construcción de un cinematógrafo que se inauguró un año después con el nombre de Versalles, denominación que algunos estudiosos relacionan con la fuerte influencia de la cultura francesa en la idiosincrasia gijonesa. Aunque no se conoce el nombre de su arquitecto, el resultado que permanece en la retina de los ciudadanos es el de una construcción racionalista que sufrió distintas intervenciones hasta que llegó a esa puerta estrecha, como la de un portal de viviendas, y a esa considerada cornisa surgida para proteger de la lluvia a los numerosos espectadores que hacían cola para sacar la entrada.
Pero todo ello no llegó hasta 1937 y por aquel entonces, ya con el nombre de Goya Cinema, mientras medio mundo se había rendido al cine sonoro, la sala de reestreno gijonesa emitía todavía sólo proyecciones mudas. «Un grupo de músicos que tocaba allí, entre los que se encontraba Baldomero Álvarez Céspedes, compraron el Goya pero para seguir manteniéndolo como cine mudo. No se rindieron hasta que la guerra lo cambió todo y, una vez finalizada, se incorporó ya al cine sonoro», reseña el director de la Filmoteca de Asturias, mientras recuerda que en el tiempo en que exhibía el nombre de Versalles era «el más barato de Gijón».
Juan Bonifacio Lorenzo, como aquellos que todavía recuerdan su particular distribución de sillas corridas, unidas e incómodas, evoca un supuesto patio de butacas descendente, que resultaba más barato que el primer piso porque quedaba a la altura de la pantalla. Pero los que aún peinan canas más largas y pagaban una perra por entrar, cuentan que el suelo era de albero, que por aquellos años el gerente del Goya se llamaba Leonardo y que la chavalería le cantaba: ‘Leonardo, danos la perra que ya la vimos’.
«No entres ahora»
Eran los mismos que a lo largo de los años hicieron colas y colas para ver películas de reestreno, las pandillas que se empujaban para pasar antes por la estrecha puerta de entrada y que hacían acopio de pipas y cacahuetes para ver películas como ‘Flecha rota’, ‘Salomón y la reina de Saba’, ‘El motín del Caine’, ‘Mientras Nueva York duerme’ o ‘Soldado azul’.
Pero igual que le costó pasar del cine mudo al sonoro, al Goya cada adaptación a los nuevos tiempos fue restándole espectadores. Y eso que la sesión continua le aportó un buen número de seguidores que contaban con la complicidad del acomodador cuando decía «no entres ahora que es el final».
No obstante, el declive social de una de las salas más populares de Gijón vino marcado por la modernidad. Ante la falta de entradas vendidas, los últimos exhibidores optaron por la moda de la Transición: el denominado ‘cine S’ porque el ‘X’ nunca llegó a Gijón. «Tuvo que dar un giro y fue su final, porque los estatutos fundacionales del cine no permitían la exhibición de películas inmorales y los herederos apelaron a ellos para clausurar el cine», narra Juan Bonifacio Lorenzo.
Corría el año 1981. Concretamente, el 4 de marzo. En 1987 el viejo Goya Cinema fue derruido para levantar el Hotel Begoña. Dicen quienes vivieron los estertores de la pequeña sala que tuvo peor vejez que muerte.
EVA MONTES. El Comercio Digital.es. 08.03.11
El cine Goya, fue derribado el día 9 de julio de 1987.
Más datos del Goya en el blog Recuerdo Gijón
Excelente foto la primera, parece que fué antes de ayer cuando andaba por ahí «el cagaderu»
Más recuerdos de juventud. Yo no había cumplido los 19 cuando cerró el Goya, pero aún me dio tiempo a ver alguna peli «inconfesable» en aquella sala tán lúgubre. Películas que ahora casi se pondrían en horario infantil. Y sobre todo, lo barato que era.
Sobre el cine, tambien añadir lo frío que me resulta pedir una entrada a una inexpresiva Barbie con gorrita. Era más divertido comprarla a la siempre malhumorada taquillera del Jovellanos, cuando era cine.
CUANTOS CINES INOLVIDABLES DE NUESTRA NIÑEZ Y JUVENTUD,TRANSITAMOS POR ESTE GIJON
AQUELLOS CINES CON SESION DOBLE, O MATINAL
O LA SIEMPRE SOCORRIDA DE LAS TRES DEL DOMINGO,SIEMPRE A REBOSAR,PARA PATEAR LOS GALOPES DE LAS PERSECUCIONES A CABALLO,O APLAUDIR LAS GESTAS DE LOS «MOCINES» TARZAN,MACISTE ETC
RECUERDO CINES TRANSITADOS POR MI
RIVERO,PUMARIN,GOYA,IDEAL,AVENIDA,ALBENIZ,ROMA,JOVELLANOS,ARANGO,HERNAN CORTESAN PEDRO,FAC Y CREO QUE DE MUY PEQUEÑO ME LLEVARON MIS PADRES A EL CINE LOS CAMPOS
HOY YA NO «PRESTA» ACUDIR AL CINE, A ESAS MULTIPLES SALAS TAN FRIAS CON SONIDO SENSURRUND (CUNADO PROYECTARON TERREMOTO, SE MOVIAN HASTA LAS SILLAS) YA NO ES COMO ANTES
CUANDO JUGABAMOS A LAS CHAPAS EN LA CALLE O EN EL COMEDOR,CUANDO TRANSFORMABAMOS LAS PINZAS DE LA ROPA EN COLTS 45,POR LOS TEBEOS QUE LEIAMOS Y LOS CRFOMOS QUE COLECCIONABAMOS Y POR LAS PIPAS QUE COMIMOS EN LOS PROGRAMS DOBLES DE ALGUNOS DE ESOS CINES
Gracias por los comentarios. Anónimo ye lo que hay, mientras podamos seguir contandolo y recordando ye lo que nos queda. Un saludo.
Muy buenas y mis felicitaciones por esta estupenda pagina.Al ver estas imagines del Goya, me traen los recuerdos de cuando ibamos al Codema en la famosa «pota» de Mariano, y al tomar la curva delante del Goya,rozaban las ruedas contra el pase de rueda,debido al exceso de pasajeros que llevaba la «pota».Que tiempos tolos guajes hasta por el pasillo de pie y los que iban setados otru «guaje» te empaquetaba el «cuidador» (Hector me parece que se llamaba)en el regazu.Ahora los neños van con cinturon,no pueden ir de pie etc etc,tenien que ver como ibamos antes al colegio.Un saludo.
Hola anónimo gracias por el comentario. en el estupendo blog Recuerdo Gijón, creo recordar que hay un par de entradas sobre la ¨Pota¨ que igual te pueden interesar, ya que el autor también fue al Codema. Un saludo.
Gracias por traernos a todos estos recuerdos impagables.
[…] de moneda, cambios en los nombres de las calles de Gijón, desaparición de equipamientos como el Cine Goya… “Pasada la prueba, con 15 años, solo y con muchos sueños por cumplir, llegué a […]