Algunas notas sobre la evolución progresiva de Gijón en un cuarto de siglo.

Algunas notas sobre la evolución progresiva de Gijón en un cuarto de siglo.

Por: Javier Granda

«He vivido y muerto amando Gijón», así de rotundo se expresaba Fernando Díez Blanco, secretario del Ayuntamiento de Gijón entre 1922 y 1959 y autor de este singular compendio de la vida municipal que reseñamos. Nació la publicación con el objetivo de que la ciudad pudiese disponer de unas memorias objetivas en las que quedase reflejado el continuo progreso de la villa gijonesa en el periodo comprendido entre 1922 y 1947, espacio de tiempo que coincidía con los veinticinco años de vida profesional del autor al servicio del municipio. Un cuarto de siglo de obras menudas, de construcción de infraestructuras urbanas, de progresos culturales y educativos, de dotación de servicios básicos, de honores y distinciones, pasado a letra impresa.

Comienza el libro con un breve resumen sobre el crecimiento de la población gijonesa que sirve de preámbulo para presentar los avances en las principales infraestructuras urbanas como el alumbrado, el abastecimiento de aguas y el saneamiento o la pavimentación y ensanche de calles. Prosigue la argumentación tocando otras facetas de la vida gijonesa como los jardines, la sanidad y beneficencia o el fomento de los deportes. Entre la amplia nómina de temas aludidos hay algunos especialmente curiosos e interesantes como el relativo a la playa, donde se da cuenta de constante preocupación municipal por mejorar el aspecto del paseo marítimo o el que relata la vista de la Virgen de Covadonga tras su exilio y el recibimiento que le brindó la ciudad y el Ayuntamiento en pleno. El cuerpo central de la obra se dedica a resumir, año por año, lo principal de los acuerdos municipales, comenzando el desglose en el año 1922. El libro está acompañado de gráficos y de una espléndida selección de imágenes que ilustran la transformación de la ciudad. Para evidenciar esta transformación se contraponen fotografías históricas (del archivo de Lorenzo) con imágenes del momento (probablemente realizadas por Foto Lena), lo que aporta un plus de interés a la publicación. Muchas de las fotografías que figuran en este memorial están hoy integradas en la colección municipal depositada en el archivo gijonés.( Añadir también que algunas de las fotografías del libro pertenecen al archivo de Joaquín García Cuesta).

Como el propio autor reconoció, con la publicación de esta obra no pretendió honores ni satisfacciones literarias, sino desbrozar un camino por el que muchos otros habían de transitar después, el que conduce al Archivo Municipal. Pese a lo que el autor considera su modesta aportación, la publicación, por la ingente acumulación de datos sobre los más variados temas como las zonas verdes, los edificios e instalaciones municipales o la evolución de las viviendas económicas, entre otros, se ha convertido en consulta obligada para los investigadores de cualquier especialidad que se acerquen al conocimiento de la realidad gijonesa en el periodo comprendido entre los años veinte y el final de la década de 1940.

En la entrada de hoy trato de rescatar del olvido uno de los libros más interesantes publicado por el consistorio gijonés, y que a pesar de que se pensó reeditar, su edición nunca se llevó a cabo. Una lástima, como bien señala Javier Granda en su artículo que abre la entrada, libro de consulta obligada, para los historiadores y también para los que no lo somos y sin embargo deseamos conocer nuestra historia local durante ese periodo.

Yo tengo el libro fotocopiado, que generosamente me facilitó, Luisa Fernanda Díez Urrutia, sobrina de Fernando Díez Blanco autor del mismo. Vaya desde aquí mi agradecimiento.

El jueves 13 de febrero de 1947, vemos en este recorte del diario Voluntad, que podemos consultar en la Hemeroteca de Gijón, que se intentó hacer una nueva edición debido al interés que había despertado el libro; interés que les debió echar para atrás el precio de 100 pesetas de las de 1947; no se llegaron a conseguir las doscientas suscripciones necesarias para la nueva edición.

En el Anuario de Gijón Norte 1946-47 vemos publicadas muchas de las fotografías recogidas en el libro así como una breve mención a Fernando Díez Blanco.

Pero pasaron los años y el libro siguió en el olvido, algunos pocos tendrán un ejemplar en casa, además se conserva uno en el Archivo Municipal de Gijón en la Torre del Reloj y me consta que la Biblioteca Nacional de España tiene otro también.

En la hemeroteca del diario El Comercio podemos consultar un par de artículos en donde se habla de que el Ayuntamiento reeditará el libro inédito de Fernando Díez con fotos históricas de Gijón.

Como decimos por aquí, ¨ Tú vístelu,… yo tampoco¨.

El año pasado se publicó el libro ‘Semeyes. Gijón a través de la fotografía’, que es catálogo de la exposición que se exhibió en el stand del Ayuntamiento gijonés en la última edición de la Feria Internacional de Muestras de Asturias (Fidma). Imágenes del Archivo Municipal y el Muséu del Pueblu d’Asturies, la selección de fotografías y la redacción de textos corrió a cargo de José María Ceinos y Luis Miguel Piñera.

En el mismo se incluyen 34 fotografías publicadas en el libro además de la portada que podéis ver a continuación.

Vaya desde este humilde blog y a quien corresponda que de alguna manera se retome la idea de volver a publicarlo dado su interés para conocer un poco más de un periodo de la historia de nuestro viejo y querido Gijón comprendido entre 1922 y 1947.

Del libro Álbum de Honores de Gijón (1866-2004). Luis Miguel Piñera Entrialgo, Cronista Oficial de la Villa de Gijón.

Secretarios y secretarias municipales. Un repaso por la historia de un cargo fundamental para la actividad y el funcionamiento del Ayuntamiento a través de quienes lo ocuparon.






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