Volver al barrio siempre es una huida,
casi como enfrentarse a dos espejos
uno que ve de cerca, otro de lejos,
en la torpe memoria repetida.
La infancia, la que fue, sigue perdida
no eran así los patios, son reflejos,
esos niños que juegan ya son viejos
y van con más cautela por la vida.
El barrio tiene encanto y lluvia mansa
rieles para un tranvía que descansa
y no irrumpe en la noche ni madruga.
Si uno busca trocitos de pasado,
tal vez se halle a sí mismo ensimismado.
Volver al barrio siempre es una fuga.
El barrio. Mario Benedetti
Para mi es siempre una satisfacción la publicación de un libro en donde se recoge la historia de Gijón, y doblemente cuando el que publica es un amigo que no necesita presentación, Luis Miguel Piñera Entrialgo. El libro está editado por la Asociación Lázaro Cárdenas con el apoyo del Ayuntamiento de Gijón, dentro de la ¨Convocatoria de subvenciones para la realización de proyectos de recuperación, difusión y conocimiento de la memoria democrática del Concejo de Gijón/Xixón 2020¨.
En el prólogo del libro que corre a cargo del Historiador Héctor Blanco nos cuenta que: ¨ Luis Miguel Piñera Entrialgo ha venido desarrollando durante años una tenaz labor en la recuperación de la historia de los barrios de Gijón: Cimavilla, Contrueces, El Carmen, El Coto, El Frontón, El Llano, El Natahoyo, La Arena, La Braña, La Calzada, Montevil, Nuevo Gijón, Perchera, Pumarín y El Polígono de Pumarín, Roces y Santa Bárbara. Ahora llega el turno de El Humedal y Laviada, con la peculiaridad de que este es justamente el barrio de Luismi, avecindado durante décadas en la calle Candás y ahora residente en la avenida de Portugal¨
Prólogo.
Hubo un tiempo en el que determinados espacios urbanos constituían un limbo en los que la vida cotidiana era menos cómoda y más ingrata. Territorios que no eran campo pero que tampoco se consideraban plenamente ciudad, en los que coexistían viviendas y huertas, descampados y fábricas, carreteras y vías de ferrocarril. Barrios determinados por la dicotomía entre urbe y arrabal característica de ciudades como Gijón hasta hace poco más de tres décadas. Un centro reconocido como el auténtico escenario representativo de la ciudad y una periferia que nunca aparecía reflejada en las guías ni en las postales.
Esa segregación hasta tuvo carácter oficial. En 1888 el Reglamento de Policía Urbana tenía en cuenta el trazado de la carretera de la Costa para marcar el límite del casco de la población. Los terrenos fuera de la misma, dónde se encontraba el germen de casi todos los actuales barrios históricos de Gijón a excepción del ensanche de La Arena, quedaban así al margen de la adecuada dotación de servicios municipales esenciales como alcantarillado, abastecimiento de agua corriente o zonas verdes. Aunque la presión vecinal consiguió con esfuerzo sucesivas mejoras, no será hasta el último tercio del siglo XX cuando con la aplicación de nuevas políticas municipales se logró diluir definitivamente esa segregación.
En esos arrabales también estaba ausente la denominada historia oficial. Salvo conflictos, estadísticas, accidentes laborales o sucesos luctuosos, poco más trascendía de los quehaceres de vecinos y vecinas, de la gente corriente, de trabajadoras y trabajadores que sin embargo eran un elemento esencial para el progreso de la industria local y de la consolidación de la propia ciudad de Gijón como uno de los principales centros económicos del norte peninsular.
Por suerte también durante la pasada centuria llegó a término la crónica selectiva en favor del estudio científico del pasado en su conjunto, valorando todos los agentes y escenarios que conforman una sociedad. Ese análisis ponderado ha traído como consecuencia el descubrimiento de hechos y lugares no pocas veces relevantes, memorables y reivindicables. La evolución histórica de estos territorios otrora marginados, incluye trazas urbanísticas, obras arquitectónicas, iniciativas empresariales y retratos sociales tan insoslayables como los que generalmente otrora eran atribuidos como exclusivos de los centros urbanos.
En el caso de la historia del barrio de Laviada tenemos que retrotraemos más de dos siglos para llegar al origen de nuestro presente. Partimos de un cenagal que las luces de la Ilustración comenzaron a transformar en una zona de paseos arbolados y cultivos gracias a la infatigable labor de los hermanos Jovellanos. Apenas culminada esta primera mutación, la Revolución Industrial aportó la presencia del primer ferrocarril de Asturias y de relevantes centros fabriles -como el que acabó por dar nombre al barrio-, a la par que contribuyó a una progresiva ocupación residencial.
Un barrio marcado por apellidos señeros en la historia de Gijón como Adaro, Blikstad, Jovellanos y Laviada y por otros más comunes de origen local y foráneo de los que queda constancia en las páginas siguientes. Un barrio bajo el que transcurre un río, el Cutis, y un canal, la zanja del Humedal, aunque hoy nadie se percate de ello. Un barrio que fue el primero en el que se construyó un edificio para gasolinera -la de Carlos Abad, 1933-, mientras que otra -Mayfer, 1960- será uno de los mejores ejemplos de la arquitectura de vanguardia hecha en Asturias.
Un barrio que cuenta con la única iglesia subterránea de Gijón, con la única estación de autobuses de la ciudad y en el que no queda ni una sola chimenea que dé testimonio de su pasado fabril y en el que nunca ha habido un cine o una biblioteca pública. Mucho que contar, parte pasado y parte presente, todo ello sustento del futuro.
Luis Miguel Piñera Entrialgo ha venido desarrollando durante años una tenaz labor en la recuperación de la historia de los barrios de Gijón: Cimavilla,
Contrueces, El Carmen, El Coto, El Frontón, El Llano, El Natahoyo, La Arena, La Braña, La Calzada, Montevil, Nuevo Gijón, Perchera, Pumarín y El
Polígono de Pumarín, Roces y Santa Bárbara. Ahora llega el turno de El Humedal y Laviada, con la peculiaridad de que este es justamente el barrio de
Luismi, avecindado durante décadas en la calle Candás y ahora residente en la avenida de Portugal.
Una tarea cuyo resultado no cabe duda que confirma que nos encontramos ante otra pieza esencial de nuestra historiografía local para seguir conociendo mejor Gijón y a los gijoneses. Para ello, como en otros trabajos suyos dedicados a los nombres de las calles, a las ciudadelas y la vivienda obrera y la memoria social, ha sido preciso realizar un amplio trabajo previo de archivo, biblioteca y hemeroteca, de fototeca y de búsqueda de testimonios orales, de recopilación y síntesis, que son los que han permitido culminar exitosamente este trabajo.
Un trabajo que no será el último porque aún queda mucha historia de Gijón por descubrir, y Luismi tiene muchas ganas de seguir contándola.
Héctor Blanco González, historiador .
CASTILLETES A LA ENTRADA DEL CAMINO DE OVIEDO
Construidos por el Cuerpo de Ingenieros bajo la dirección del Coronel Comandante de la Plaza de Gijón D. Francisco Van Halen, se hallaban situados a la entrada de la villa por el camino de Oviedo, sobre el puente de la fortificación. Consistían en dos castillos de planta cuadrada con tres cuerpos almenados y se hallaban colocados sobre unos terraplenes con gradas cubiertas de césped. En la decoración se emplearon trofeos militares, pabellones de hachas, palas y piquetas y otros emblemas del Cuerpo, además del pabellón nacional.
Alfredo Truan 1858
El Rastro en la década de los 40.
Los patios de El Horno y La Pajera, unas pequeñas ciudadelas, estaban situadas en el paseo de la Infancia.
Colección de Constantino Suárez. Museu del Pueblu de Asturies.
Un buen libro para conocer la Historia de Gijón a través de sus barrios, aprovechen estas fiestas navideñas para regalarlo , seguro que no les decepcionará.
Pinchando en el enlace en color rojo, de aquí abajo accederéis a la entrevista que le hizo la periodista de Ser Gijón, Alicia Álvarez a Luismi en el programa Hoy por Hoy Gijón.
La memoria de El Humedal
El historiador Luis Miguel Piñera publica un nuevo libro sobre la historia y desarrollo del barrio de Laviada 1609325139721_1609325154_audio_128
Asociación Lázaro Cárdenas
Declaraciones de Luismi Piñera en la presentación del libro «Memoria del Humedal y Laviada». Una obra sobre dos barrios de gran peso en la Memoria social y obrera gijonesa, que apoyamos desde la Asociación con la colaboración de del Ayuntamiento de Gijón/Xixón.
Mi Gijón El Frontón, el barrio de Gijón que ya no existe
En cualquier libreria de Gijón, y si es de fuera en venta on-line.