Exterior del mercado de Pescado., Ruth Matilda Anderson, 1925.
LA VENDEDORA DE PESCADO
¡Muchachas! ¡Xardes de ahora mismo! ¡Comprái sardines!
Este pregón, lanzado á voz en cuello
por un acento gutural de mujer, repercute á
cada instante en las calles de la gijonense
villa: son las vendedoras de pescado fresco.
Pero lo verdaderamente extraño del grito
es su desentono, lo rasgado del ritmo, si
así puede llamarse al cántico chillón de la mercancía.
No es un alarido, es un tremendo gallo.
Vendedoras de pescado. Constantino Suárez hacia 1930. Museu del Pueblu d´Asturies.
Asomémonos al balcón. Ahora pasa una
vendedora. Va descalza, y en su semblante
curtido por el aire del mar se refleja una bravura indomable.
Cuando abre la boca y
contrae los músculos del rostro para lanza...
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