Ludi en el Muelle. Nicanor Piñole.
Elogio de «Ludi» y V.-Epílogo a una vida ejemplar-
Nos adelantamos un poco a los acontecimientos con el celebérrimo danzón de marras. Tan poco como un año. Y es que Ludi, en pleno verano de 1934, observa y sueña al estilo de Julio Verne. Aquella playa que contempla no es la de su ayer infantil. Aquella playa ya es otra cosa. Y él intuye, soñando, soñando, que llegará un día en que la desembocadura del Piles será otra cosa. Y anticipa, por las buenas, ese tostaderu al que ya estamos acostumbrados en su Cocktail playero, en el que dirá, visionario y en un instante dado. todo lo que sigue a continuación:
Y tras el verano el otoño. Noviembre. Capítulo publicitario poco menos que inabarcable...
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