Voces de sal de mar, en el Retablo
que aquí reúne Sebastián Miranda,
ayudado de Dios, de la ola y del Diablo;
de Pín de Xove y Periquín de Granda,
“Algaravanes” de Cimadevilla;
“El Pensador” y “El Randa”,
“Gaviotas” con el seno a son de quilla;
Tritones de la vela, del viento y la bufanda,
Del puerto y de las lanchas pescadoras
que traen diariamente, flotando entre las velas,
pañuelos de las vírgenes de Irlanda,
empapados de lágrimas y auroras,
retratos con los rostros de ciruela;
adioses de unos brazos más blancos que la escanda,
temblores de unos senos más níveos que la espuma,
promesas de unos ojos de soles en la bruma
¡y tantos bucles rubios, que sobre el mar sonoro
creyeron nuestros hombres topar con redes de oro! (…)
Comentarios recientes