Diario de la Revolución de 1934 en Gijón. Por Boni Ortiz
Jueves 4 de octubre Llega la orden de Madrid, en la badana interior del sombrero de Teodomiro Menéndez, diputado por Asturias de la FSA, hombre moderado, genuino representante del sindicalismo reformista de “llenar la olla”. La orden decía: HUELGA GENERAL INSURECCIONAL. 19:30 h: El Comité de la Alianza Obrera Revolucionaria lo recibe en Oviedo y salen los enlaces para todas las localidades. La noche en Asturias se llena de enlaces en coches, andando, o en bicicletas que van y vienen.
20:30 h: Está reunido el Comité de Gijón a la espera de noticias que no llegan. A las 10: JMª Martínez, Horacio Argüelles y Avelino Glez. Entrialgo no se separan para cenar y seguir a la espera, aunque empezaban a pensar que el movimiento se había aplazado. De camino por las calles los compañeros de la CNT les paran y preguntan. Dadas las circunstancias, piensan y así lo hacen saber que seguramente, la cosa se pospondrá hasta mañana y que para evitar detenciones, mandan a la gente para sus casas a la espera. Se reúnen los tres con los comités Regional y el Local de CNT mas dos compañeros encargados de las armas, y siguen esperando. Se constituye el Comité Revolucionario de la CNT compuesto por una docena de dirigentes locales, regionales, de la Alianza, de “preparación” y de prensa.
11:45 de la noche: Se contacta con el delegado de Oviedo que comunica la orden de iniciar el movimiento revolucionario a las 12: los trabajadores deben de corta las líneas telefónicas, suministro eléctrico e ir tomando las calles. Con un cuarto de hora, no había mucho margen y además, no había armas. Se intenta conseguir una camioneta para llegar a Llanera y cargar el “material”. Otros compañeros recorren los barrios con la orden de que la gente se vaya congregando en el Parque Infantil. La noche gijonesa es un hervidero de enlaces que aprovechan las sombras para moverse, sorteando a la guardia municipal y la de asalto, que patrullan las calles de la ciudad.
Pasan las horas y la camioneta con las armas no acaba de llegar. Los obreros van cambiando de ubicación: del Parque Infantil a la fabrica de Laviada, de allí a Tremañes en La Lloreda, donde la bifurcación de la carretera. Allí se reúnen a las 4 de la mañana unos cincuenta hombres. Se espera hasta las 6:30 y al no llegar las armas, se decide salir en piquetes para que no entre nadie a trabajar, concretando una próxima cita para las 7 de la tarde en los prados de la Muria en Tremañes y marchar sobre Gijón definitivamente. Pero ¿dónde estaban las armas?, ¿por qué no llegaban?, ¿qué estaba pasando?
Llanera, 11 de la noche. En los alrededores de Posada de Llanera hay tres escondites con 200 fusiles, una ametralladora con su trípode y cinco mil cartuchos. Dos escuadras de las JJ. SS. (todos mineros de Santofirme) montan guardia en la carretera que une Oviedo y Avilés.
Ellos son los encargados de apoyar el transporte de esas armas destinadas a Gijón, además de asaltar el Cuartel de la G.C. de Posada. Empieza el acopio en la plaza de Abastos donde están los revolucionarios ya han traído hay 27 fusiles “mauser” y los cinco mil cartuchos. De manera inesperada aparece un coche que circula a mucha velocidad dirección Avilés. Los revolucionarios le dan el alto, sin que se pare y algunos disparan sus armas. Ignoraban que se trataba del enlace que iba a Avilés con la consigna revolucionaria.
Los disparos alertan a la GC y cuando se acerca una pareja, comienzan los disparos que provocó la salida del sargento y algunos números. Un guardia y un revolucionario caen muertos y hay varios heridos más. Los guardias y el sargento reculan hacia al cuartel y nada más entrar llama por teléfono a Oviedo que inmediatamente manda refuerzos de puestos cercanos.
Cuando llegan los refuerzos los jóvenes mineros de las JJ SS cesan el hostigamiento al cuartel y se lanzan al monte abandonando los fusiles, los cartuchos y lo que era peor, cerrándose al operación de suministro que dejaría a Gijón desarmada, determinando de forma fundamental los posteriores acontecimientos.
Las bicicletas: Las idas y vueltas en bicicleta a contactar con Oviedo y La Felguera, solamente sirven, por un lado: para verificar que en cada zona tienen sus propias necesidades y que una vez resueltas prometen ir a reforzar Gijón, y por otro: para el mosquear con tantas bicicletas yendo y viniendo de un lado para otro, hasta el punto de que los de Asalto empezaran a “requisar” la rueda delantera de las bicis de todo el que se cruzaba con ellos, bajo promesa de ser devueltas transcurrido todo.
7 de la tarde: trescientos sindicalistas de la CNT están en Tremañes a la espera de las armas. Una hora mas tarde ya serán 500. JMª Martínez se desespera: solo puede armar a 70 hombres: un fusil y 45 cartuchos por barba. Se decide esperar al día siguiente y las armas se quedan en su escondite. Los revolucionarios se dispersan hasta mañana y se decide realizar sabotajes en las vías férreas y en las comunicaciones.
Durante esa noche pequeños grupos disparan contra el cuartel y la cárcel en el Coto.
4 de la mañana: Planerías y un grupo del PCE, asaltan por sorpresa el cuartelillo de carabineros del Musel, consiguiendo 8 fusiles que entregaron por “las buenas”.
Para la elaboración de las cuatro entradas utilicé el artículo: ¨ Diario de la Revolución de 1934 en Gijón¨ de Boni Ortiz. Está recogido en la web de la Fundación Andreu Nin dé Asturies.
Las imágenes pertenecen a las siguientes hemerotecas:
Fondo Constantino Suárez. Museu del Pueblu de Asturies.
Hemeroteca de Gijón: Diario El Noroeste y La Prensa.
Hemeroteca ABC.
Hemeroteca de La Vanguardia.
Hemeroteca Nacional de España: Estampa y Mundo Gráfico
Y del coleccionable de La Nueva España ¨La revolución de Octubre de 1934 en Asturias¨.
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