El carácter, costumbres y trajes de los naturales de este Concejo, es, con poquísima diferencia, el mismo que el del resto de la provincia. Robustos, sóbrios, trabajadores, celosos de sus derechos y religiosos; se alimentan de boroña, púches de harina de maiz (farrapes) y legumbres, siendo muy pudiente el labrador que come ordinariamente carne de vaca. Su bebida general es el agua, si bien son muy aficcionados a la sidra, que se produce con abundancia en el Concejo, en lo que , si ganó la riqueza pública, también ha perdido la moral.
Vive en casa bajas, poco aseadas y mal distribuidas, y a veces, confundido con sus mismos ganados; teniendo para la conservación de sus granos, un horreo o panera de madera, sostenido sobre cuatro o seis pilastras...
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