Balneario La Cantábrica.

De laGuía general del viajero en Asturias 1899

Vista de la zona de la playa en donde se construiría el balneario La Cantábrica, (hacia 1887).

En 1892, en plena expansión del fenómeno balneario en el litoral asturiano, se otorgaría la concesión para este balneario, el ultimo en ser construido en la concha de San Lorenzo; si bien su ubicación no seria en el arenal de San Lorenzo, sino que la concesión afectaba al lugar conocido como «tras la iglesia»,un espacio de baños tradicional en décadas anteriores al oeste de la playa, en el inicio de la península de Santa Catalina. En cuanto a la concesión de este balneario hay una serie de cuestiones que llaman la atención, pues si bien la concesión sería otorgada al gijonés Andrés Corsino Rodriguez , éste previamente ya había vendido una participación de la misma al industrial ovetense Rodrigo Fontela por el precio de 7.500 ptas.; participación que parece ser afectaba a la totalidad de la concesión, puesto que en la documentación posterior aparece como único propietario o concesionario el propio Rodrigo Fontela quien siete años más tarde, el 22 de agosto 1899, cedería en pago la casa de baños y su concesión a Policarpo Herrero Vazquez. Todo esto viene a indicar la existencia de prácticas más o menos encubiertas de enajenación de unos bienes por ley invendibles. Este balneario contaba con dos plantas; en la planta baja estaban instaladas casetas para baños de mar y en la planta alta «habitaciones para baños calientes, con pilas de mármol prensado, chorros de aguas y duchas escocesas con cabeza de regadera, presentando en todo su frente una gran galería para solaz y entretenimiento de los bañistas».

1 Julio 1893

inauguración 18 Julio 1893

La Cantábrica

Aunque el emplazamiento , por su seguridad, era considerado tradicionalmente como óptimo para los baños de mar, no lo debió de ser tanto desde el punto de vista de las condiciones higiénicas, pues allí desaguaban varias alcantarillas, circunstancia que no fue corregida hasta 1893, año en que por acuerdo municipal del 18 de febrero se autorizaría al concesionario para variar el desagüe de los excusados de la fábrica de tabacos que pasaban por debajo del balneario.

El promotor de este balneario tampoco fue ajeno a la elaboración de las ya mencionadas estrategias para monopolizar espacios de playa y evitar la ubicación de nuevos competidores. Puesto que el balneario ocupaba la totalidad de aquella playa parece evidente que ningún otro competidor podría establecerse allí, pero además intentaría controlar en exclusiva el uso de la misma, para lo cual en 1893 emprendería el cercado de la concesión. También, trataría de evitar la competencia solicitando la concesión del espacio existente entre su establecimiento y el balneario «Las Carolinas», para la construcción de otros dos denominados  «Las Perlas Cantábricas», unidos entre sí y con el balneario «La Cantábrica» por puentes.

Detalle La Cantábrica

Gijón balneario La Cantábrica

Dentro de estas estrategias también se puede señalar la ocupación por parte de Rodrigo Fontela de una porción de terrenos perteneciente al Ministerio de la Guerra en la zona de servidumbre de la batería de San Pedro, que a punto estuvo de costarle la demolición del balneario, pues por comunicación de enero de 1895 el Ministerio de la Guerra le ordenaba demoler la parte del balneario que estaba ocupando tales terrenos.
Sin embargo en este caso, y al contrario de lo ocurrido con otros concesionarios, Fontela  contó en el Ayuntamiento con «eficaces» defensores que lograron que el Ministerio cambiase de opinión y accediera a no demolerlo, previo pago de los terrenos en «pública subasta», tasándose en 99 ptas, el metro cuadrado, tras lo cual sería reconocido como legítimo dueño. Esto supondría además un reforzamiento del monopolio de uso de la playa, ya que al «ampliarse» la concesión desaparecería una rampa de bajada al mar existente en los antiguos terrenos de la batería, quedando para «servicio público» de la playa sólo la escalinata contigua a la Iglesia de San Pedro.
Fontela pretendía aprovechar los terrenos recién adquiridos para construir un hotel destinado a los bañistas de su balneario , lo que solicitaría al Ayuntamiento en 1896 siendo autorizado; aunque al final el hotel no sería construido, debido a las negativas perspectivas de negocio, pues como señala Victor Labrada «La Cantábrica ubicada donde hoy esta el frontón y depósito de balandros del club de Regatas (…) sólo era concurrida por los bañistas de ola, que utilizaban las casetas de a perrina (…),y les gordes del barrio para tomar baños de carquexa o medicinales (…); fue inaugurado en 1893 y murió de aburrimiento».
Al mismo respecto, Pérez Nieva señalaba en 1895 que, por su ubicación, el balneario no era favorecido por las clases acomodadas, pues «no era balcón y escaparate» como el balneario «Las Carolinas».

20 Agosto 1893

Anuncio en el diario El Comercio, 20 Agosto 1893.

1894 publicidad

Regatas y Cantábrica

Cultura e Higiene. 28 de julio de 1917

Alquiler o venta de la Cantábrica

En la primera mitad de la década de 1920, y merced a la diligencia y generosidad de su presidente fundador, José Antonio García Sol, el Club de Regatas va a experimentar una ampliación sustancial, a la vez que se renuevan y mejoran las instalaciones del pabellón de verano. En efecto con fecha de 31 de enero de 1920,  José Antonio García Sol adquirió, a costa de su pecunio personal, en un precio de 28.000 pesetas, la propiedad del balneario La Cantábrica, a Policarpo Herrero Vázquez, y acto seguido lo dona al club que presidía, según consta en escritura firmada ante el notario Secundino de la Torre.

El edificio de La Cantábrica  fue demolido en 1921, abriéndose un nuevo acceso, que sigue siendo el actual, en la trasera de la iglesia de san Pedro.

Texto del libro del centenario del Real Astur Club de Regatas de Ramón Alvargonzález Rodriguez.

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LOS-BALNEARIOS-MARÍTIMOS-EN-ASTURIAS

Para la elaboración de esta entrada utilicé el texto del libro 

Los balnearios marítimos en Asturias (1848-1935)

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