Del libro ¨Algunas notas sobre la evolución progresiva de Gijón en un cuarto de siglo¨.
La plaza de San Miguel por Ernesto Salanova. Diario EL COMERCIO, domingo, 30 de mayo de 1993.
A la plaza de Evaristo San Miguel, siempre se la denominó, en Gijón, la plazuela, a secas, nombre originario, que concordaba a todo el mundo acerca de la identidad del lugar, un hermoso y ovalado ombligo ciudadano, abierto a la piel de ocho bien nombradas calles, intimas y antiguas, que exigieron, desde su nacimiento, el remanso y la pausa, verdes y recoletos, de la «plazuela», para sus gentes en tránsito.
Allí, a la vera de aquel césped, salpicado de arbustos, de árboles y de bancos; cerca de la senda central del óvalo, presidida por la columna del reloj y escoltada por un puesto de dulces y gol...
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